miércoles, 3 de junio de 2009

Vanishing Point

La metáfora es muy simple: un hombre huye por el highway y  termina encuentrándose así mismo en las perspectivas infinitas, inabarcables del desierto californiano. Vanishing Ponit  de Richard C. Sarafian, escrita insólitamente por Guillermo Cabrera Infante el cual utiliza el "nickname"  de Guillerno Cain. 1971. La cinta entroniza como paradigma hacedor del sueño americano al ocho cilindros Dondge Challenger, a toda velocidad por las rectas de cinco estados perseguido por la policia y guiado por un "cicerone" ciego: un afro locutor de radio.

El hombre "blanco" consumido por las drogas y por una insignificante e intrascendente encomienda de entregar un carro en California. Lo interesante y poderoso de esta película no son los diálogos sino los silencios, lo que precisamente se deja de decir. Los closeup´s al rostro de Barry Newman son la perfecta crinografía de la caida en el vacío, del desbarrancamiento, de ahí el título de la película. A diferencia de Easy Rider en donde se hace una apología del mundo lisérgico y tetrahidrocanabinoidal, en Vanishing Point el mensaje (a pesar de que el "driver" es un hippster a toda ley) es simple: el compromiso con el otro cuesta, "rescatar" al otro implica aceptar el abismo de la carretera, el sinsentido de la huida, la derrota de lo ideal... al final y a esas velocidades, diría  Virilio, lo único seguro es el accidente: todos nos estrellamos contra un bulldozer, pero eso es el final, y en realidad no importa, lo que importó fue el viaje... de ahí la invitación a leer este "diario de viaje", con el ánimo de alargar el "encontronazo" y de disfrutar la velocidad y las palabras, sin hacer apologías del accidente y sin ánimos de estar chingando.

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