II
Las noticias llegaban como las lluvias: abundantes y tormentosas: Martín Rauda, que a bien no se sabían sus filiaciones políticas, "sus creencias y sus ideologías" asolaba los estados del bajío mexicano. Donde quiera se aparecía emboscando Federales en los llanos de Guadalajara, en los ranchos de Capacuaro, en las barrancas de Amealco, en la sierra se quejaban pues acosaba y extorsionaba a los Agrarios de Pichátaro, otras veces, con banda y cuete, entraba gritando por la puerta grande en Uruapan, o había noticias de una tremenda boda con una tierracalenteña en Tumbiscatío.
En todos lados se hablaban de los excesos del general Rauda, en las cantinas, en las escuelas, en los noticieros radiofónicos: “Los bandidos dirigidos por el forajido Martín Rauda han atracado la ciudad de Zamora. El saldo es de veinticinco mujeres violadas, trescientos hombres fusilados...”
Todo era muy difuso, extraño, hiperbólico, cosas de más, cosas de menos, cosas no dichas; pero lo cierto era que las historias fluían como crecida de cerro y Martín Rauda seguía cabalgando por los páramos de Occidente. Tan inauditos acontecimientos solo provocaban pena ajena, vergüenza y furia, demasiada furia.
Hasta que una noche, a la mitad de una sofisticada cena, en el deslumbrante Castillo de Chapultepéc, el Jefe Máximo se meció el bigote, entrecerró los ojos y se paró gesticulando después de que un joven cadete le murmuró unas palabras al oído. Una junta extraordinaria exigía su presencia. Minutos después, y a pesar del tintineo de los cubiertos de fina plata, de los acordes de fina música, de las risas desahogadas y de los discretos brindis; en todo el salón se escuchó claramente una consigna:
“¡Quiero que me traigan la cabeza de ese hijo de su chingada madre!”
Hola,
ResponderEliminarEstoy interesada en la historia del General Martìn Rauda. Quiero saber quièn la escribiò? es real? en donde consigo la obra?
Patti-Rauda@hotmail.com