"F"
Estoy hasta la madre, maestro, ya, a la chingada, no me dejaron inscribirme porque reprobé matemáticas y química y ya debía física y métodos; esa pinche vieja de Servicios Escolares me dijo que no podía inscribirme porque no tenía derecho, debo cinco y con cinco no hay reinscripción, y dije ya, a la chingada, con estos güeyes no se puede. Espera, espera, le digo, cálmate, no te aceleres tan feo, mete tres materias en el examen de recuperación y las otras dos el PAAR o haces los exámenes de Acreditación Especial, solo tienes que ponerte a estudiar, a repasar los apuntes y así no sufres tanto. ¡Ese es le pedo maestro! ya no quiero estudiar, ya estoy harto de esta pinche escuela, no me siento a gusto; y qué pues te hace sentir a gusto, le digo, a mi lo que me gusta es bailar, quiero bailar. ¡Eh!, le digo, ¿quieres bailar?.
"F" es un muchacho alto, delgado, utiliza unos lentes gruesos, incómodos, el acné le perla el rostro, y cuando se altera comienza a sudar. "F" afirma que trabaja de jardinero pues su padre no le da la pensión alimenticia y su madre tiene que lavar ajeno, me cuenta que tiene dos hermanas menores, van en secundaria. Si, maestro, lo que quiero más en la vida es bailar, me dice, yo sé bailar y muy bien, bailo de todo, pero lo que mejor me sale son las danzas regionales, he estado en grupos profesionales, aquí en el Bacho doy clases en la mañana con el maestro de Paraescolares, he viajado por toda la república con el ballet folclórico de Amalia Hernández, nos han dado premios; a ver a ver a ver, párale, le digo, explícame, estabas en el ballet más famoso de danza de México y qué carajos haces aquí, en ese grupo les pagan y tiene contratos; si maestro, sí, a mi me ofrecieron un contrato de tres años, tres y me pagaban en dólares, pero lo rechacé.