sábado, 4 de abril de 2020

Bacho crónico. Corrección prosódica


Está dormido, respira fuerte. Sus compañeros se ríen, lo observo y digo, de seguro su compañero se levantó temprano para ir a trabajar. Una chica comienza a reírse y dice, éste no trabaja maestro, en el chat del grupo nos mandó mensajes a las cuatro de la mañana diciendo que los mostros del residenevil se la pelan. ¡Ah mira! Un esclavo del edzbotz, digo. Los Bachos se carcajean, maestro, me dice uno, el Chegue va tener mucho édzito en la vida, verdat; ¡Oh pues!, les digo. Si y de seguro, dice otro, tendrá mucho  sedzo. Yayayá chingao, ya. 

Dales cuerda...


Bacho crónico: Los rudos

Ayer, dos futbolistas se liaron a golpes en la cancha de básquet. Se dijeron unas cuantas verdades, muy rudas, de machos. Al rato, a media clase, llegó uno de los rijosos y se sentó a la mitad del salón. Seguí con la clase, a los cinco minutos se abre la puerta y entra el otro rijoso, buscó lugar y fue a sentarse con el otro rijoso. Se me erizó la pelambrera, estos se van a dar otros madrazos aquí en el salón. Sin embargo, se la llevaron tranquila, movían la cabeza cuando explicaba lo de los versos y las estrofas. Los dos tomaban apuntes, fue cuando se tomaron de la mano. Una caricia, no se voltearon a ver. Zanjaron el entuerto, no se dijeron nada.


Bacho crónico. Corrección prosódica

Está dormido, respira fuerte. Sus compañeros se ríen, lo observo y digo, de seguro su compañero se levantó temprano para ir a trabajar. Un...