Le
dije a Margarita, quiéres ser mi novia y me dijo que no. Quedé pasmado. Apenas
me salió un despechado por qué, pero ella sonrió de manera encantadora, me
pellizcó la mejilla, se dio la vuelta y se fue. Me quedé mirando su cuerpo, con
aquella falda a cuadros verdes príncipe de gales, con el suéter verde amarrado
en la cintura y con esa diadema verde. Toda verde ella como la jacaranda que
estaba mis espaldas y de la cual colgaban unas enormes orugas verdes, en verdad
enormes. Miguel me dijo: ¿Te batearon güey? pues no sé, le dije, pues que te
dijo güey, pues que no, ay güey pues entonces te batearon pendejo, y se
carcajeó, hasta verde estas del pinche coraje, me dijo. ¿Eh? ¿verde?.
domingo, 14 de julio de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
Los huaraches
Qué
quiéres de comer, le digo.
Pues
lo que tú quieras, me dice.
Vente,
mira, por acá tiene su puesto El Primo, hace unos guaraches de poca madre, le
digo.
¿huaraches? dice, ¿vamos a comer huaraches? me dice espantada.
¡Ah
chingao! le digo, ¿nunca haz comido un huarache hija?, no pues chingao, pues
qué te enseña tu madre.
Pues qué quieres que haga, me dice, nunca los
he probado
Uy, le digo, te van a gustar, te voy a pedir
uno de pura crema con queso y más queso, vas a ver.
Al terminar se relame los labios y dice, están
bien buenos, yo pensé que deveras íbamos a comer zapatos
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